miércoles, 4 de julio de 2012

Entrevista a Walter Quiróz



“De alguna manera, todos especulamos”

Walter Quiróz forma parte del elenco de “El especulador”, de Honoré de Balzac, traducida, adaptada y dirigida por Francisco Javier. A poco más de un mes del estreno, el talentoso actor nos habla desu trabajo en la obra, de su oficio y del país. Aquí, una reseña de lo conversado en el bar subterráneo del Teatro San Martín.

La llegada al San Martín

Estuve haciendo “Espectros”, de (Henrik) Ibsen, en el Centro Cultural de la Cooperación, y “Los poetas de Mascaró”. Francisco Javier me fue a ver a las dos obras porque estaba buscando gente para actuar. Me sentí halagado. Tuve varias ofertas en el tiempo, pero esta es mi primera vez en el San Martín. Llegar de la mano de él, a este teatro, y para hacer Balzac es increíble. Además, estoy muy contento porque comparto el escenario con grandes compañeros como Daniel (Fanego) y Elena (Tasisto), -a quien amo-  en su vuelta al teatro.
En esta puesta, había que ensamblar un equipo de doce personas en escena, con todas las vicisitudes y particularidades que tuvieron los ensayos, como por ejemplo, que en algún momento no teníamos al protagonista. Sin embargo, creo que es un trabajo muy intenso del que salimos airosos y que implica un proceso que sigue creciendo.

La obra balzaquiana

En casa tenía una gran biblioteca, de donde de chico había leído muchas comedias de Honoré de Balzac, así que tuve acceso a él prematuramente. En el caso de “El especulador”, se trata de una comedia romántica que requiere cierta ligereza. Roland Barthes (filósofo, escritor, ensayista y semiólogo francés) tiene un artículo que habla sobre el ritmo de la obra y sobre una superficialidad que demanda, pero dicha superficialidad es una trampa, pues la superficie conlleva detrás un abismo acerca de la condición humana, y eso la vuelve profunda.

El conflicto del personaje

Adolfo Minard es un muchacho joven, trabajador, al que abandonaron los padres y que es protegido por un matrimonio. Está enamorado con locura de la Julia (Malena Figó), la hija del señor Mercadet (Fanego), pero es visto como un bastardo por su condición de pobre. Eso no evita que se la juegue por su amor. Cada personaje tiene una energía específica que gira en torno al especulador, como si se formara una constelación concéntrica alrededor de Daniel (Fanego). En ese sentido, Malena y yo manejamos la calidad de energía que tiene que ver con el amor, al igual que el personaje de Elena, que es la mujer del especulador.
En su artículo (1957), Barthes separa a los personajes en grupos, y al mío lo ubica con las dos mujeres, en un lugar de energía femenina. Como decía Gerard Depardieu: “En todos los hombres busco algo femenino”. Minard lo tiene, lo pone en escena, y es ese amor que puede con todo. La mujer le da la fuerza, lo salva en su momento de debilidad. Él está como afuera de la obra, en el sentido de no tiene la misma relación que los demás con el dinero, sin embargo, tiene un momento de reflexión en escena –que es lo que más me gusta de él- en el que se espanta de sí mismo al descubrir que él también veía a su mujer a través del dinero: de alguna manera, todos especulamos.

La magia de Cunill

Adoro a la Sala Cunill (Cabanellas) de toda la vida. Me encanta pensar sus proporciones dentro de un teatro tan grande y vivir ese clima intimista que te da el hacer una función para ciento y pico de personas. El estar cerca, sentir casi una respiración, me sienta bien. Francisco habla del espacio como “la pasarela de las vanidades” o “la peatonal de la simulación”.

La especificidad del teatro

El teatro tiene un aspecto sagrado relativo a la inmediatez en relación al público y al contacto con la gente. Tiene un grado de ceremonia y de misterio que te forma en un nivel muy profundo. Como actor, amo mi trabajo en general, pero el teatro tiene particularmente una historia que puede pensarse desde Grecia en términos de “nosotros y los dioses”. La gente de teatro me ha enseñado las cosas sutiles, las que más me han marcado y que luego pueden aplicarse en el cine y la televisión. Claro que hay que tener la suerte de cruzarse con personas generosas, pero pienso que cuando uno está buscando al maestro, el maestro aparece. Y yo estoy en un momento de mucho aprendizaje.

El especulador nacional

Creo que estamos atravesando un momento complicado a nivel mundial, pero pienso que es una transición. En el caso de la Argentina, somos un país joven que está aprendiendo. No tenemos que dejar que nos sigan robando, porque es un país en el que sistemáticamente te meten la mano en el bolsillo, y es eso algo que deberíamos erradicar. En cuanto a especulación,  es claro que los argentinos conocemos el paño.
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