jueves, 15 de marzo de 2012

Entrevista/ Luis Ziembroswki

Para VíaLibre, ComplejoTeatral de bsas
"Como Trigorin, todo el mundo en algún momento se va a dar cuenta de que no sirve para lo que hace”

El pasado 3 de febrero, se repuso en la Sala Casacuberta Los hijos se han dormido, la versión de Daniel Veronese de La gaviota, de Anton Chejov. El espectáculo tuvo tres reemplazos y uno de ellos es Luis Ziembroswki, quien interpreta a Boris Trigorin, personaje que encarnaba Osmar Núñez hasta el fin de la temporada2011. A continuación, una reseña de lo conversado con él a sólo minutos de su primera función en el espectáculo.

- ¿Cómo fue que te incorporaste al elenco?

- Fui a la última función de la temporada pasada. Salí y le dije a una mujer hermosa: “Me encantaría estar jugando con este grupo de actores”. A la semana, me llamó Veronese. Le hablé del entusiasmo que me había provocado la obra y la posibilidad de introducirme en un mecanismo que percibí como muy inquietante. Y entré a trabajar.


- ¿Qué significó encarnar un personaje como Trigorin?

- Fue como entrar en un camino que estaba recorrido y, desde allí buscar cómo transitar de manera personal algo que ya venía andando. Me parece un personaje precioso y contradictorio: tan miserable, por un lado, y tan excitable, por el otro. La obra muestra el despertar de ese personaje en algo que se desborda y lo hace cometer una barrabasada. Como actor implica un ida y vuelta interesantísimo entre la contención y el no poder frenar el impulso; una búsqueda para bucear en los bordes de la imposibilidad de llevar adelante ese impulso.

- ¿Cómo se manifiesta en tu personaje la infelicidad humana que suele explorar Chejov en sus obras?

- Él plantea la insatisfacción burguesa y la transforma en algo universal. En el caso de Trigorin, se trata de un escritor exitoso que al mismo tiempo se siente un mediocre y está sometido a una mujer enorme y poderosa. A cuanta más conciencia, más es la contundencia de ese estado melancólico del personaje. Él cae en algo muy común en los escritores famosos de su edad, que es buscar lo inesperado, un zapatazo que no puede sostener. Creo que el exterior habla de él, pero no puede hacerse cargo interiormente porque tiene una relación casi maternal con Irina, como un chico descerebrado que prueba algo, pero luego vuelve otra vez a la casa de mamá. Pienso que, como Trigorin, todo el mundo en algún momento se va a dar cuenta de que no sirve para lo que hace.

- ¿Cuál es la impronta personal que logra Veronese en su versión de La gaviota?

- La mirada sobre el mundo femenino. Toda la reflexión que tiene sobre Irina cuando ella, una mujer de su naturaleza y de su edad, descubre que puede llegar a ser abandonada por Trigorin, es de una lucidez enorme.

- ¿Qué te generó el paso de Las Islas (la última obra del Complejo en la que participó el año pasado) a Los hijos se han dormido?; ¿Encontrás algún puente entre ambos trabajos?

- La afinidad tiene que ver con la profundidad de los materiales. Veronese y Tantanian son dos apasionados. Nos conocemos hace más de 30 años, de El periférico de objetos (1), donde convivíamos en una especie de olla experimental de la teatralidad que había explotado conla democracia. Fuemuy placentero encontrarme inmediatamente concatenados con uno y otro porque son personas muy queribles, admiradas y respetadas.

(1). (Grupo teatral especializado en teatro de objetos y fundado en 1989 por Daniel Veronese, Ana Alvarado y Emilio García Wehbi)

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