viernes, 6 de mayo de 2011

monólogos

Trabaja en Villa Urquiza, en una galería horrible, de esas bien deprimentes que hay sobre Triunvirato. De esas en las que espero no tener que entrar jamás. De regreso a su casa, Violeta siempre escucha música. Cuando se le acaba la pila y no puede hacer eso, inventa monólogos de mujeres desesperadas. Hoy el subte está "con demora". Gracias a eso, ella piensa en una mujer joven, de menos de 30 años, que vive una vida que no la conforma, que piensa que el maquillaje le hace muy bien a la piel, que todo el tiempo se tiene que peinar las cejas con los dedos, que cuando respira trata de imaginar que traga paz porque sino piensa que una especie de maldición horrible la encadena...una mujer que duerme agarrada al borde de la cama, una mujer que cambia las sábanas y las guarda mojadas, una mujer que se lamenta, pero que hoy se libera y no puede olvidar algo. Algo que que le dice finalmente a alguien, piensa Violeta, algo que dice así:

“Tiene que haber una salida. No puede ser que si nos queremos tanto…Tiene que haber una manera de arreglar esto. No me vas a decir que vos no me extrañás. No me vas a decir que vos te acordás de estar en tu casa, debajo de la ducha conmigo, diciéndome lo feliz que eras… y no te pasa nada. No me vas a decir que si a mi me pisa un colectivo y te llaman para decirte que estoy en el Fernández y que pido para hablar con vos, vos no vas a salir corriendo a decirme qué distinta hubiera sido la vida si… Qué distinta sería mi vida si yo no te estuviera diciendo esto… esto que parece que no tiene sentido, esto que parece que no se le puede responder nada, este palabrerío que es como si lo hubiera sacado de una escena de una película romántica, argentina y bien pedorra. Esto es una cagada, sí. Pero si no te digo esta cagada, la cagada va a ser mucho mayor porque me voy a quedar 20 años o toda mi vida llena de indigestiones, y úlceras, y quistes en los ovarios, y me voy a seguir imaginando esos rasgos de ese rostro bizarro de ese hijo inexistente que no me diste ni me vas a dar nunca. Pero bueno, digamos que en todo caso ya me fui al re contra carajo y que todo lo que dije va a ser usado en mi contra. Qué se le va a hacer, una boluda..pero una boluda que ya se queda tranquila”.

3 comentarios:

corazon de piedra dijo...

cuando las mujeres se ponen a decir esos discursos la cagan. nosotros los que las queremos, las queremos mucho, pero esa manera de hablar nos hace andar en bici sobre hielo.

muchacity dijo...

no hay que renegar de eso, es parte de ser mujer. si no hicieramos eso, no seriamos mujeres. y si no fueramos mujeres, los hombres como el que firmó arriba, no nos querrían.

Anónimo dijo...

me hubiera gustado que no pensara en lo tonto que podria sonar y que hubiera seguido

Lu